Un hermoso y pequeño pueblo sobre un espolón rocoso, a poco más de cuatro kilómetros de Taormina. Por la carretera tortuosa que sube hasta arriba se disfruta de una impresionante vista panóramica del territorio de Taormina.
Visiten las ruinas del castillo y tomen un fresco granizado o una copa del celebre vino de almendra en la terraza del bar San Giorgio, muy frecuentado por los visitantes europeos que dejaban sus firmas e impresiones en el libro de visitas.